México, a 2 de octubre
de 2016
Al sector estudiantil
A los medios de comunicación
A los organismos defensores de los derechos humanos
A las organizaciones populares
Al pueblo en general
Fecha fatídica que la juventud organizada y distintos
sectores del pueblo mexicano fueron víctimas de un artero ataque, cuando el estruendo
de las armas del ejército y paramilitares cercenó la vida de centenares de
hijos del pueblo. Otros fueron desaparecidos, torturados, encarcelados
arbitrariamente para extender el terror, dentro de los planes de
contrainsurgencia del entonces gobierno de Gustavo Díaz Ordaz.
Escena brutal de la historia de nuestro pueblo que a más de
cuatro décadas de su ejecución se mantiene en la memoria histórica; suceso que
se registra como un intento del Estado mexicano para frenar la combatividad de
las masas trabajadoras, como una pretensión de diluir la moral combativa del
movimiento popular, pero que a pesar de lo doloroso que fueron las heridas, los
asesinados, los torturados, presos y detenidos desaparecidos, jamás lograron
extinguir la llama de la combatividad.
Es un escenario cuya esencia represiva se repite en la
actualidad. A 48 años de ese deleznable crimen la voluntad de luchar desde las
filas de la juventud proletaria siguen en pie, la actitud combativa de la
juventud sigue firme cuando se reconoce parte de las masas explotadas y
oprimidas.
La lucha estudiantil y popular con conciencia de clase se
fundamenta en las injusticias, la explotación y opresión que se cometen contra
este sector y el pueblo, se convierte en acción consiente y por ende trasformadora
porque marcha al lado de sus hermanos de clase, de ahí que desde la burguesía y
Estado pretenden aislar a la juventud proletaria de las demandas e intereses
populares.
Con la masacre de 1968 se empieza a cerrar un ciclo en la
agudización de la lucha de clases, confrontación antagónica durante una década
que inició en el 58, cuyo saldo nefasto para el pueblo se cuentan en miles de
víctimas. Un ciclo se cerraba y se abría otro, cada uno de ellos separado por
la sistematicidad y por la agudeza de las contradicciones inherentes al
capitalismo.
Ante ese panorama adverso para el sector estudiantil y el
resto del pueblo, el descontento popular aumenta, crece cuanto más se
profundiza e imponen los planes imperialistas, porque las necesidades
políticas, económicas y sociales de la juventud y el pueblo no son satisfechas;
ante la arrogancia y la sed de garantizar la ganancia y la reproducción del
capital, que se impone sin importar los derechos y libertades políticas del
pueblo, la lucha popular es legítima.
Lo que explica además la barbarie con la que los gobiernos
responden a las demandas justas del pueblo, porque la oligarquía y el Estado
mediante sus cuerpos represivos actúa con mayor letalidad, las desapariciones
forzadas, ejecuciones extrajudiciales, que lleva implícito la tortura, son una
realidad que ensancha cada vez más la herida que provoca al pueblo, familiares
y víctimas de esa terrible práctica.
Los cuerpos represivos asesinan, torturan y
detienen-desaparecen a los hijos del pueblo sin miramiento alguno, lo que
devela el plan perverso del Estado y la generalización de la represión contra
el pueblo organizado y no organizado, quienes a su vez son cobijados con el
manto de la impunidad para cometer estos múltiples crímenes de Estado y de lesa
humanidad.
Ante ese panorama, el Estado, políticos de oficio, medios de
comunicación oficiosos, se atreven a lanzar bocanadas de infundios contra los
distintos sectores en lucha que conformamos el movimiento popular como
“vándalos”, “delincuentes”; señalamientos que criminalizan a la juventud
proletaria, a organizaciones populares y pueblo en general para justificar la
represión y el accionar de las armas de las fuerzas represivas.
Esa es una de las causas de por qué el Estado mexicano, la
organización empresarial “Mexicanos Primero” del oligarca Claudio X. Gonzáles y
el Secretario de Educación pretenden imponer a sangre y fuego la reforma
educativa burguesa, lo que a su vez explica la descomunal actitud represiva del
brazo represivo mediante policías, militares, marina y paramilitares contra el
pueblo y la juventud proletaria organizada y no organizada.
Desde los distintos gobiernos en turno se diseñan políticas
de represión con la clara intención de detener la creciente ola de descontento,
desde la masacre del 2 de octubre a la actualidad, es el terrorismo de Estado
la política de gobierno que distingue a cada una de las administraciones, cada
uno imprime su sello particular, pero en su generalidad se describe una línea
de ascenso y sistematicidad el cometido de prácticas fascistas.
Cada crimen de Estado y de lesa humanidad es un crimen
contra el pueblo, porque en cada víctima, joven o adulto, mujer u hombre,
trabajador del campo o la ciudad, los identifica su condición de clase, su
pertenencia a la gran masa de explotados y oprimidos, por lo tanto, en cada uno
de ellos se debe reconocer a un hermano de clase.
Los crímenes del pasado reciente, no sólo no han recibido
justicia, sino que aún se cometen contra el pueblo que lucha y defiende sus
intereses populares.
El asesinato político del compañero Héctor Sántiz López,
quien las balas asesinas del Estado mediante los paramilitares lo arrancaron de
su familia y del FNLS; joven campesino tseltal de 25 años, padre de familia que
luchó junto a su pueblo, que impulsó a la juventud a no desistir de la lucha
para que no sucumbiera ante los embates criminales del Estado, compañero
luchador social, defensor de los derechos del pueblo, él es un ejemplo de
lucha, que siempre recordaremos como mártir por la defensa de las tierras y por
el socialismo en México.
La desaparición forzada y ejecución extrajudicial del
compañero Fermín Mariano Matías en Puebla en el año 2009, el intento de
ejecución extrajudicial de los compañeros Matías Flores, Rubicel Hernández
García y Jesús Hernández Reyes el pasado 7 de noviembre de 2015, de Jorge
Daniel Gómez Díaz el pasado 12 de enero de 2016. La desaparición forzada del
compañero Fidencio Gómez Sántiz el 5 de marzo, el intento de desaparición
forzada de la compañera María Sántiz López el pasado 9 de agosto de 2016; son
muestras actuales que detallan que el terrorismo de Estado se mantiene como
política de gobierno.
Huelga decir que para los sectores no organizados el
objetivo del terror cumple con su objetivo, pero para aquellos elementos
conscientes del pueblo, se transforma en indignación y decisión de lucha contra
el poder que explota y oprime.
Crímenes de Estado como los cometidos contra los compañeros
se han repetido y es una práctica deleznable que se persiste contra el
movimiento popular en nuestro país. Los cinco jóvenes desaparecidos en
Veracruz, los 43 normalistas detenidos desaparecidos en Guerrero, la
desaparición forzad de Virginia y Daniela Ortíz Ramírez integrantes del MULT en
Oaxaca, las decenas de detenciones arbitrarias, asesinatos y tortura contra
estudiantes normalistas en México durante el régimen profascista de Felipe
Calderón y en lo que va del régimen Peñista.
Ante este panorama, el pueblo trabajador somos convocados a
romper con el miedo, el terror que mutila la creatividad y su filo combativo.
Que sea la viva acción política la que eduque y reeduque para corresponder con
las necesidades, de poner un alto al terrorismo de Estado.
Porque se vive el terrorismo de Estado, existe un gobierno
profascista, proimperialista, antipopular y un Estado de derecho oligarca
contra el pueblo, lo que exige de las víctimas de esa política, de los
trabajadores del campo y la ciudad, organizarnos y resistir combativamente.
Compañeros, evitemos chocar con el muro de la contemplación
y la indiferencia, hoy más que nunca la juventud proletaria organizada o no
está convocada a luchar hombro con hombro con todos los sectores populares,
porque el reconocimiento de clase exige de los explotados y oprimidos formas y
métodos cualitativos de resistencia popular.
¡2 de octubre no se
olvida, es de lucha combativa!
¡Alto al terrorismo
de Estado contra el movimiento estudiantil-popular!
¡Presentación con
vida de todos los detenidos desaparecidos del país!
¡Alto a la
militarización y paramilitarización del país!
¡Por la unidad
obrero, campesino y popular!
Frente Nacional de
Lucha por el Socialismo